(NOTA: Dale acento argentino para que conectes al 100% con la prosa)
Antaño calentábamos la pava.
Hoy movemos una palanquita y ponemos a hervir la pava eléctrica. Y si tenés guita te hacés de una pava más moderna de esas que podés seleccionar la temperatura.
Antaño tenías que cargar con la pava para compartir unos ricos mates con la familia, los amigos y los recién llegados. Lo común era un círculo alrededor de la mesa y si era invierno pues cercaban la estufa a leña.
Hoy, nos llevamos el agua caliente en un termo por lo que cambiamos la casa por los parques, plazoletas, playas, montañas y donde a vos se te ocurra.
Hoy, las yerbas vienen en sabores. Como las amistades, algunas dulces otras más agrias..pero si no las probás no te enterás. Hay quienes se aferran a lo clásico y los que por ventura prueban de todos los gustos…así como un abejorro volando de flor en flor.
Antaño cargábamos con un solo mate y lo compartíamos entre todos, nuestro plus era hacer sonar el último sorbo dejando en claro que ese mate estaba bueno.
Hoy con la nueva normalidad cada uno carga con su matero y cada vez son menos los que sorbetean con resonancia el último trago. ¡Pónele con ganas! Les digo «cho». Que se note que ese mate estaba bueno.
