“Persigo la felicidad y la montaña responde”
-Chantal Maudit
Poseemos una brújula interna que resuena en nuestro interior, claro, hay que estar en armonía con uno mismo para que llegado el momento podamos conectar (muchas veces inconscientemente) o quizá, sutilmente con aquella brújula que nos indicará el camino que nos llevará a la felicidad.
Las coincidencias no existen, sería algo vago, pobre y poco creativo de parte del Universo. Yo, creo más bien en las sincronicidades. En ese cubo Rubik que encanta y desencanta en historias que se entrelazan y desarman a su debido tiempo.
Mi viaje inicia a la edad de siete años, cuando junto a mi familia visitamos la provincia de Córdoba, Argentina. En el pueblito San Marcos Sierra subimos una colina en la que había una cruz arriba, no recuerdo ni sé si aquella colina tenía nombre, solo recuerdo que disfruté cada imagen que me regaló esa subida.
Esta es la respuesta de Seba, al preguntarle dónde o por qué inicia ese interés por la montaña. Sí, hoy te compartiré una entrevista que he realizado a Sebastián Leyria, uno de mis fotógrafos favoritos quien, además, es montañista, por lo que hoy vamos a hablar de montaña y naturaleza. Pero con un ingrediente extra, una que otra reflexión inspirada en las respuestas que mi buen Seba me da.

Sebastián es de San Nicolás de Arroyo de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Lleva casi diez años realizando ascensos varios, el primero fue a sus 25 años, también en Córdoba, esta vez en el cerro Champaquí de 2790 msnm. En Argentina, para iniciarse en el montañismo, lo recomendable es arrancar con el Champaquí, dado que no tiene gran altura, pero, su trayecto es de varios kilómetros. Vendría a ser como una especie test previo a lanzarse media y alta montaña. Así que, fue el motivo por el cual me inicié en este hermoso cerro.

Y obviamente como todo en la vida es sombra luz, también me cuenta de aquellas cimas que no ha podido conquistar, como la del volcán Llullaillaco de 6739 msnm, ubicada en la provincia norteña de Salta, Argentina. A la hora de iniciar el ascenso, eran las 03 am, si bien física y mentalmente me encontraba óptimo, comencé a sufrir congelamiento en ambos pies, por lo que desistí de continuar. Cabe mencionar que por las noches las temperaturas rondaban los -25º C.

“Reconocer y aceptar nuestras debilidades es un paso poderoso para sembrar fortaleza”.
El ascenso más difícil a nivel psicológico, el más sufrido y duro. Ha sido el volcán San Francisco en la provincia de Catamarca. Su cumbre llega a los 6016 msnm y antes de lograr llegar a su cráter a los aproximadamente 5800 msnm hay que transitar una extensa diagonal por encima de unos 1000 de longitud a 45º de inclinación. Ver esa diagonal fue un golpe a la moral.

“Perseverancia ante lo inesperado trae ricas recompensas”.
Y como dije previamente, la vida es sombra luz y ante las sombras de sus experiencias en montaña, Sebastián me recuerda algo muy importante al preguntarle sobre las sensaciones al no lograr un objetivo. Se me cruzan varias sensaciones. Puede sonar contradictorio, pero es una mezcla de frustración y satisfacción al mismo tiempo. Frustración, por no haber logrado recorrer toda la montaña y disfrutar de su vista en su punto más. Y la satisfacción me viene por haber estado ahí y que la montaña me haya dejado disfrutarla hasta donde pude o ella me permitió. La naturaleza es sabia y hay que respetarla y sentirla.
“Qué importante es aceptar en dónde estamos en relación a la búsqueda de un objetivo. No llegar a la meta en el tiempo programado no significa fracaso si no, más bien es agradecer aquello que se nos permitió recorrer”.
Hablando del trayecto y el viaje como tal, Seba puntualiza que se concentra en los paisajes que va percibiendo a medida que va ascendiendo. Mentalmente, en el esfuerzo de cada paso que da para lograr el objetivo.
“Y como siempre digo, más allá de la meta, es el recorrido y el regalo que viene incluido en cada trayecto”.
Cuando llevas tiempo practicando lo que te apasiona obviamente te vuelves experto por experiencia y para Seba lo que más destaca de su experiencia como montañista es el trabajo en equipo, la hermandad con los colegas y el amor y respeto por la naturaleza. También hace hincapié en los buenos amigos que ha conseguido en estos casi diez años en la montaña, con quienes comparten la misma pasión.
“Reconocer y apreciar a quienes van contigo o se cruzan en tu camino siempre harán tu viaje más ligero y próspero”.
En cuanto a habilidades destaca lo mental, poder de voluntad para avanzar ante la adversidad y si tu deseo es iniciarte en la montaña no olvidar que el caminar en una, se torna físicamente hostil. Y por supuesto algo de entrenamiento previo en cuanto a lo físico.
“Nada más gratificante que ser mente sobre materia”.
La montaña favorita de Seba es el cerro Champaquí, es la que le ha permitido cerrar un vínculo de fraternidad con ella. Este 2022 hizo su décimo ascenso y para Seba esta cumbre es la que le hizo ver más allá de sus límites. El ¿por qué? Porque siempre tengo esa premisa de descubrir un poquito más allá de lo que llegué a caminar y ver. Creo que el descubrir nuevas cosas, es muy enriquecedor y hace a la persona.

«Eres lo que haces y no importa dónde estés o donde llegues si te detienes a observar tu entorno de seguro encontrarás más de lo que buscas»
CONSEJOS
Si has iniciado hace poco o quieres iniciarte en el mundo de la montaña el mejor consejo de parte de este montañés es que disfrutes de cada paso y, sobre todo, que respetes mucho a la montaña, “siempre digo que la montaña intenta echarte” me dice Seba y a mí me deja pensando. Pero antes de ir a aquello sigo con sus consejos, nos recomienda que no olvides nunca abrigo y algo para comer en tu mochila, nunca sabes qué contingencias puede haber en la montaña. Como mencionó previamente, es bueno algo de preparación física. Entreno todos los días, siempre variando de rutina, a veces, realizo algo de crossfit, otras algo de cardio y otras algo de musculación. En cuanto a dieta, no suelo llevar una dieta estricta, solo trato de comer un poco de todo equilibradamente.
“He dicho que me deja pensando el comentario de Seba acerca de la montaña intentando echarte, quienes hemos recorrido lugares agrestes bien sabemos que es así, pero a mí me gusta creer que quizá simplemente te pone a prueba para conocer tus reales intenciones, la montaña, la naturaleza, a mi modo de ver son templos energéticos y solo pocos tienen la llave para adentrarse ahí”.
El OBJETIVO
¿Qué buscas en la montaña? Colocar mi mente, cuerpo y alma en sintonía con la naturaleza. Uno tiende siempre a redimirse ante la madre tierra.
“¿Ahora te hace sentido la llave que mencioné antes?”
¿Qué te llevas de la montaña? Nuevas energías, paz y algún que otro proyecto personal como realizar la cumbre en el techo de América, el cerro Aconcagua. Fuera del montañismo, sería desarrollar más en profundidad mis habilidades como fotógrafo, son ideas y planes que en la montaña profundizo más a fondo.
“Llámese también, iluminación”.
Para ir cerrando, al preguntar sobre alguna anécdota recuerda una en el campo base del volcán Llullaillaco, a pesar del terrible frío, me pasé una noche dentro de uno de los vehículos esperando el anochecer para tomar una fotografía a las estrellas, con las carpas iluminadas por dentro. Por supuesto, podrás disfrutar de la imagen a continuación.

Si retomo la frase de Chantal Maudit al inicio de este artículo, pienso que probablemente sin saberlo a consciencia, el pequeño Seba, tuvo ese día, su primer encuentro con la felicidad.
No importa de dónde vengas, no importa a dónde vas. Sí importa, que como dijo bien mi buen Seba, te concentres en el paisaje a medida que vas avanzando y en cada paso que das para llegar a tu objetivo.
No importa si se trata de la cima de una montaña. Sí importa, cuando se trata de tus sueños, que como dijo bien mi buen Seba, seas perseverante, reconozcas y valores a los amigos que va presentando el camino, cuides tu templo (tu cuerpo) y por sobre todo, que prestes atención a esa brújula interior que te llevará a experimentar felicidad. Sí importa, amar cada pieza del cubo Rubik, tanto la cara que se arma como la que más tarde se desarma. Nunca sabemos dónde nos llevará el Universo.