INCONDICIONAL

Qué difícil es ser incondicional cuando nuestra esencia está cargada de un ego envuelto en grandeza o victimización siempre categorizándonos en los yo merezco o no merezco, yo puedo y no puedo. Mantener la balanza equilibrada implica trabajo duro que nos lleva a creernos demasiado el cuento o terminar cediendo a la derrota.

Qué difícil es ser incondicional cuando la sociedad parece ser desequilibrada, injusta e intolerable, cuando intentas no emitir juicio pero sea donde sea que mires o gires la cabeza te encontrarás haciendo juicio gratis y recibiéndolo a cambio de nada, porque cuando hacemos el trabajo de observarnos a nosotros mismos difícilmente aceptamos o reconocemos estar en la vereda incorrecta.

Qué difícil es ser incondicional cuando en realidad no somos conscientes del peso de esta palabra, de su poesía intrínseca que incluye el «absoluto» sin requisitos. Sin limitación. Esa es la clave.

Te invito a observarte para que definas en qué punto de la balanza estás respecto a ti. Tu ego inflado te lleva a creer que ¿eres capaz de todo? Genial. Pero, ese «soy capaz de todo» ¿está pasando a llevar a terceros? Por otro lado, tu balanza está en el extremo de «no puedo con esto» ¿Qué tan miserable te ves a ti mismo?

Ahora pregúntate, ¿soy incondicional para conmigo?, ¿Qué significa ser incondicional con uno mismo? Equilibra la balanza sin limitaciones. Ama más, comparte, olvida aquello que te duele, aquello que crees merecer, entrega, entrega, entrega, perdónate, sé fiel a ti, ámate, respétate, cuando caigas levántate y hazte responsable, avanza, enfócate, no esperes algo a cambio, busca en tu interior honestamente que estás esperando de este día y si encuentras que existe un mínimo de ego o victimización agradece la cualidad que tienes para poder reconocerlo y luego elimínalo y comparte, comparte y comparte.

Querer ser incondicional parte con uno mismo porque ser incondicional es sinónimo de amor y si no hay amor por uno mismo jamás podrás compartir amor con el resto. No quiero enredarte, sólo enfocarte que si buscas amar, debes enfocarte en amarte y ser incondicional contigo primero, así podrás ser y dar todo para el resto.

Planta hoy una semilla de amor propio e incondicional buscando el balance entre el ego que juega desde el orgullo a la victimización. Sé incondicional, se amor…para ti y contigo. Si no sabes reconocer si estás en el camino correcto, detente un momento y observa si aquello que estás deseando es porque esperas recibir algo a cambio, entonces replantéatelo, si por el contrario iluminará a otros y percibes un camino angosto, sinuoso y difícil entonces ten por seguro que vas por el camino correcto. Cuando duele, cuando incomoda, molesta y genera una duda desafiante entonces estás en el camino correcto que te invita a ser «incondicional» para contigo, para crecer…para amar…porque como me dijiste hoy, muchas veces creemos que aquello que deseamos es lo mejor para nosotros, pero posiblemente es sólo un paso más en el proceso de nuestra propia transformación.

hei hei ayin

REENCUENTRO

¿Alguna vez haz sentido admiración o aquel interés inexplicable por ciertas personas?, hablo de aquellos que te provocan asombro por lo que hacen o seres con las cuales sientes una conexión única y especial. No aludo al tipo de admiración que pueda tener un fan hacia su artista favorito, si no más bien de algo mucho más profundo e íntimo, de aquellas personas comunes que se tornan especiales, pero claro, obviamente no lo sabes hasta después de conocerla.

Encontrarte con el alma que anhelas conocer desde hace tiempo debería suponer ansiedad, extásis y emociones varias. Lo cierto es que para mi las dos ocasiones que he pasado por esto se ha sentido de lo más ordinario.

No quiero que se mal interprete, cuando lo describo como ordinario me refiero a esa simpleza y cotidianidad que fluye natural al juntarse con nuestro mejor amigo ¿Lo has vivido verdad? Sólo que es una sensación que consigues tras años de amistad, de mucho compartir, risas, lágrimas, momentos absurdos y otros vergonzosos, así también momentos de éxito, triunfo, penas y derrotas. En fin, el compendio perfecto que regala una vida compartida con aquellos que endulzan tu día a día.

En mi andar por esta maraña de caminos envueltos en sensaciones y emociones, he descubierto, como dije al inicio, que cuando tu alma espera se concrete el encuentro con otra alma, te llevará a ella de los modos más misteriosos. Me inclino a pensar que venimos a este mundo con un contrato firmado previamente y aquellas personas (almas) que marcaran tu vida, créeme, nunca serán un encuentro fortuito. Podrán pasar largos años para ese encuentro y cuando sucede te lo aseguro, será de lo más ordinario. Más tarde sentirás que aquella persona la conoces de toda una vida y seguramente sea así ¿Porqué no pensar entonces que venimos ligados de vidas anteriores, donde ya «fuimos» y hemos pactado seguir «siendo» almas amigas en esta nueva vida?

Comienza como un susurro en alguna de las dos almas, luego se transforma en interés mutuo (hasta probablemente cargado de ego) ego que sólo será cómplice en ese reencuentro y termina con una sútil y aparente casualidad pasajera, efímera, pero que te hará sentir una conexión eterna.

Afortunados aquellos que saben reconocer ese reencuentro hace tanto tiempo pactado.

¿CREES EN LOS ÁNGELES?


…al ver que los humanos tenían la opción de elegir, suplicamos al Creador su venia para poder observarlos de cerca. Accedió gustoso, pero antes nos advirtió que no sería una tarea fácil, que así como los humanos son los únicos seres con la capacidad de discernir y elegir, se vuelven obstinados, fríos y egocéntricos. El Único nos alertó diciéndonos: “Id y seáis parte de ellos o quedaos y ayudaos con vuestra luz desde aquí». Entonces un grupo de los nuestros ante tan maravillosa oportunidad haciendo a un lado toda su luminosidad se mezclaron con los mortales, cayendo más tarde en un egocentrismo macabro comparado al de los propios humanos. Surgió el caos en el mundo, las masas se esparcieron, la lujuria creció y con ello el hambre de poder.  Sólo unos cuantos se hicieron amos y dueños del mundo a costa de dominar a la población bajo ideas preconcebidas basadas en la duda, la inseguridad y el miedo. Esclavos del sistema, zombies en un mundo que se aferra a lo falso y suelta lo auténtico del ser humano. Su alma.

FOTOGRAFIA BY @BASILIOPALESCENTE

Pero, aquí estamos nosotros. Un pequeño grupo que decidió dejar su Luz para mezclarse en lo verde del mundo. Nos vestimos de árboles en zonas estratégicas para poder iluminar y encender la almas de aquellos errantes que se aventuran a dejar su zonas de confort. Estamos en grupos o a veces en solitario, nutriendo tu tierra, alimentando y cobijando a las aves y animales, dándole sombra y descanso al viajero, pero por sobre todo aprendiendo de su divinidad.

Somos energía velando por tu mundo interior. ¿Crees en los ángeles? Si en tu último viaje en medio de la naturaleza un sólo árbol captó tu atención significa que recibiste el mensaje del Creador.

FOTOGRAFÍA BY @BASILIOPALESCENTE

TESOROS

Es probable que no tengas la más remota idea de dónde queda la Isla Robinson Crusoe y seguramente si alguna vez haz escuchado hablar de ella, sea por el tsunami del año 2010 y por el accidente del Casa 212 de la fuerza aérea donde fallecieron más de veinte personas entre ellos el reconocido conductor de televisión, Felipe Camiroaga. Sin querer restarle la importancia que merecen ambos acontecimientos creo que es momento de ampliar tus ideas respecto a este mágico lugar. En primer lugar, ten presente que se trata de un archipiélago que pertenece a la República de Chile y se compone de las islas Robinson Crusoe, Santa Clara y Selkirk.

Me aventuro a decir que fue destino predilecto de piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros que por allá antes del mil setecientos surcaban los mares del Pacífico cargados de joyas y piedras preciosas. Dado su particular característica de cuevas y cavernas que por doquier abunda en la isla, hacen de este lugar el idóneo para ocultar tesoros. Cientos de años han pasado y es probable que así como yo, muchos que me han antecedido por el paso de este asombroso lugar, se hayan preguntado si acaso es cierto, si es probable, que haya al menos un tesoro escondido en algún rincón oculto de este pequeño terreno en mitad del mar.

Durante mi permanencia en la isla, cada vez que el tiempo lo permite, con esto me refiero al reloj estando a mi favor, aprovecho la ocasión para recorrer algún nuevo escondrijo. Inicialmente me dedico a subir cerros. En la Punta, el sector donde me encuentro, se caracteriza por su paisaje desértico y tierras rojas, fuera de las instalaciones del aeródromo, donde me alojo, sólo existe un refugio del otro lado de la pista de aterrizaje y pertenece a CONAF, justo aquí está el ingreso al Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández. El paisaje es más bien plano, salvo por tres cerros que engalanan el lugar. Hasta ahora poco puedo averiguar si estos cerros tienen nombres, por los que los llamaré a mi gusto. Al del norte lo bautizaré Cerro Cuarzo, al del sureste Cerro Solano y al del noroeste el Cerro Ilusión.

Estar incomunicada es uno de los regalos más grandes que puedas tener en una época cargada de conectividad, así que si no eres preso de la televisión, la naturaleza se convierte rápidamente en tu mejor compañero. Llevo seis días aquí, saboreando poco a poco la Isla y hoy al caminar con destino al cerro Ilusión, al cual he llamado así porque fue por donde viró el Casa 212 intentando hacer una nueva aproximación para nunca más volverse a ver, manteniendo la ilusión de quienes se encontraban a la espera de su arribo. Me siento en la cima a admirar el océano que me envuelve, luego de haber garabateado en mi libreta frases que pretendo llevar a cuentos a posteriori inicio el descenso tropezando una y otra vez con rocas y piedras que caen libremente a mi paso.

Caminar en la isla a ratos resulta dificultoso debido a lo blando del terreno, el primer consejo que me dieron al llegar aquí fue «aléjate de las orillas, todo se derrumba», días  más tarde subiendo el cerro Solano compruebo nuevamente que así es y aquí el ascenso se complica porque el viento sale a tu encuentro a mitad de camino acompañándote hasta la cima donde te envuelve por completo en un abrazo de bienvenida, por cierto, debido a esta característica lo he llamado Solano. Por la intensidad del viento arrachado decido descender a un punto menos eufórico para poder sentarme a contemplar la belleza del famoso Yunke que con su poco más de novecientos metros me emboba, en este cerro cargadito al frío se genera el escenario perfecto para invitar al mate hacerse partícipe de la ocasión, todo se corona con buena música. A mi regreso a mi nueva residencia encontraré más piedras en el camino, el instinto me lleva a coger varias que irán a parar más tarde a una de las repisas de mi dormitorio.

Fue el día primero de enero, justo después de tomarme una siesta sobre el cerro Cuarzo que me percaté de aquello que no había sopesado hasta este momento. De los tres cerros fue el más difícil de subir, el terreno es en extremo blando provocando que retroceda constante en vez de avanzar, seguramente fue de los días más calurosos durante mi estadía en la isla, el viento era calmo, ni siquiera una brisa que acaricie el ambiente está presente, parece que el mundo se ausentó en este pequeño punto del globo. Este día no llegan vuelos a la isla por lo que me encuentro completamente sola, por un momento decido dejar a un lado la música para abrazar esta soledad que se hace dulce, me recuesto en la cima mirando el cielo, es completamente azul oscuro intenso, debido a la ausencia de nubes trazo con mis dedos letras imaginarias, en realidad escribo los nombres de quienes le dan sentido a mis días, a quienes amo y deseo estuvieran ahí conmigo. Los tábanos no demoran en aparecer, su sonido y persistencia a mi alrededor provocan que ceda con reticencia a mi verdadero sentir respecto a esta non grata compañía, me escudo con mi cortaviento cediendo a los brazos de Morfeo y es durante la búsqueda de confort que descubro bajo mi espalda piedras de cuarzo. La sonrisa se manifiesta en mis labios junto con una expresión de gratitud, la isla me regalonea a diario, entonces caigo en cuenta que llevo días pisando no sólo tierra blanda de un color caoba único, las piedras y rocas volcánicas se encuentran por doquier, es cierto que ya poseo mi propia colección, salvo que es ahora que descubro que estas son las joyas que yo busco y estoy rodeada de ellas. Con vehemencia declaro que he encontrado un «tesoro» en Robinson Crusoe.

EL CIPRÉS DE VILLAGRA

Me levanto temprano, desayuno ligero posterior a una ducha exprés para iniciar un nuevo día de recorrer y descubrir senderos. Con mi mochila ligera salvo por el peso de una que otra fruta y un par de cervezas, ayudada de mis bastones de trekking con paso veloz sin querer perder minutos, me dirijo hacia el noreste con el fin de alcanzar nuevos destinos y amigos. Después de dos horas treinta minutos tras haber recorrido un sinfín de curvas que subían y bajaban como las olas del océano que danzan hasta el pedernal y contemplar cuevas, nalcas, helechos, vegetación espesa y abundante que adornan las bases y paredes de aquellos montes altos que me sosiegan y al mismo tiempo agitan mi interior queriendo expresar la admiración y gratitud que fluye natural desde mi lado más íntimo, concluyo mi viaje en el valle Villagra. Observo la planicie alrededor y busco el resguardo del sol sigilosa acomodándome a la sombra de un ciprés.

Minutos más tarde, es mi nuevo amigo Durs quien me invita a unirme a él en una de las mesas que adornan el lugar. La mañana avanza aprisa bajo un sol que hipnotiza sin dar treguas ni siquiera cuando te escudas con una helada cerveza. La comida es fina, no importando lo que sea, porque aquí hasta un trozo de pan tiene aspecto de caviar, en especial si lo saboreas intercambiando ideas con un nuevo amigo. Historias se cuentan en paralelo, cada una de mundos distintos, tan distintos uno del otro pero con sabor a nostalgia, dolor y esperanza en común. Ahora, creando un cuento propio. Aunque resulta inevitable no hablar sobre Alexander, el famoso marino escocés que recorrió estos parajes cientos de años atrás forzado por un destino agrio en su momento.

_¿Has sopesado cómo la vida entrega a cada uno lo que merece?_ Le pregunté a mi compañero, aludiendo al famoso Selkirk y su destierro en esta isla antes conocida como Más a Tierra.

_Selkirk, fue un pirata que seguramente mas allá de ese intento de sublevación con el capitán del galeón Cinque Ports arrastraba una lista de variados pecados. Por lo que no es de extrañar que en su justa medida llegó aquí a saldar varias deudas.

_Seguramente Durs, por lo mismo lo menciono. ¡La Ley del Péndulo! A simple vista el hombre pagó con su exilio los errores de su pasado. Más, por lo visto su lucha por la sobrevivencia fue premiado a posteriori y con esto me refiero al honor de dejar grabado su nombre en una isla que probablemente nunca vio.

_No olvides que, además, inspiró la gran obra de Defoe y finalmente este trozo de tierra lleva el nombre de fantasía de ese singular pirata escocés.

_Un pirata escocés que amaba navegar.

_Un pirata escocés que amaba pescar, caminar y descansar a la sombra del bello ciprés de Villagra. ¿Qué dices Sassenach, una siesta en las faldas de aquel árbol?_ Me miró al mismo tiempo que señalaba el ciprés a mis espaldas.

CIPRES

Tal vez el calor mezclado con el sabor amargo de la cerveza, sumado a la caminata de varios kilómetros, terminaron por doblegarme motivando mi descanso bajo la sombra del solitario árbol. Durs se alejó en busca de privacidad o quizá me la estaba dando a mí, en realidad me dejé llevar por la quietud del lugar y terminé contemplando las ramas del viejo ciprés al mismo tiempo que me encontraba apoyando mi cabeza sobre mi mochila cuando sin sentir sus pasos se presentó ante mi un hombre alto, flaco, piel curtida por el sol, cabellos largos y rojizos. Sus ojos de un azul intenso me miraron amistosamente invitándome a recibir un trozo de un extraño fruto rojo obscuro. Después de observar a mi alrededor en busca de mi amigo a quien no encuentro, acepto recelosa la comida. _Gracias_ Le digo. Él sólo hace un gesto con la cabeza, me sonríe algo tímido y poco a poco se retira, para sentarse unos metros frente a mi. Coge mi libreta que he dejado abierta sobre el pasto minutos antes. La observa hoja a hoja detenidamente con expresión incrédula en su rostro, asumo que no entiende nada de lo que ve y que seguramente le saben a garabatos, pero, para sorpresa mía coge mi lápiz. Entonces es cuando advierto que su vestimenta está maltrecha y bastante sucia, que muy cerca suyo a su derecha reposa un fusil que a mi me late del año uno. Lo miro nuevamente y veo que algo traza en una de las hojas. No distingo que es y para no intimidarlo quito mi vista sobre lo que está haciendo y vuelvo a recorrer el lugar en busca de la presencia de Durs. Ni señas de él. Lo cierto es que hago este ejercicio porque estoy consciente que me acompaña alguien en este paseo, la presencia del pelirrojo honestamente no me genera temor a pesar que su imagen algo raída y arcaica me desconciertan. El silencioso hombre a cerrado mi libreta dejándola nuevamente sobre el pasto donde la encontró y levantándose enérgicamente coge su fusil para retirarse. Hasta entonces no había reparado que el mutismo me doblega, con algo de recelo agarro mi libreta y rápidamente la abro para revisar sus trazos. Cuando encuentro lo que ha hecho me gana la perplejidad, las palabras se estancan en mi garganta al mismo tiempo que elevo mi mano derecha para llamarlo. Ya es tarde, él, va camino con rumbo norte, veloz. Yo, sigo en el suelo tumbada sin poder articular movimientos ni palabras.

_¡Sassenach! ¡Sassenach!_ Es Durs, mi nuevo amigo quien agazapado a mi lado me despierta. _Ya es hora de regresar_ Me dice. Al despabilarme e incorporarme sobre mi misma me detengo _Espera un momento_ Le digo. _¿Qué pasó con aquel tipo que cargaba el rifle, fusil o como se llame?, ehh…¡el de cabellos rojos!

_¿Quién? Te has dormido Sassenach y a los pies del ciprés. Vamos, es hora de partir, se te hará tarde si sigues disfrutando de los beneficios del ciprés.

Me incorporo sacudiendo mis vestidos, mirando a mi alrededor y en especial el sitio donde poco antes creí ver al pelirrojo. Sólo veo mi libreta, abierta, tal cual la había dejado antes de caer dormida. Me agaché algo torpe, cogí mis cosas que guardé sin formalidades dentro de mi mochila y dando un último vistazo al bello ciprés me alejé a pasos lentos tras Durs quien ya había iniciado la retirada.

_¿Te ha pescado firme la cerveza eh? Me dice a modo de broma mi camarada de viaje_. Yo, sólo lo miro algo adormecida aún sin mucha aprobación por lo que me parece una exageración.

_Es broma, lo cierto es que no muchos aventuran a dormirse bajo el ciprés de Villagra. No todos son valientes.

_¿Valientes, a qué te refieres exactamente?

_El ciprés habla Sassenach. No a todo mundo, pero cuenta historias a quienes más…digamos, son más sensible.

_¿Es broma verdad?

_No, ¿acaso no tuviste una experiencia?

_Pudo haber sido un sueño.

_Un sueño Sassenach, una visión, realidad, ficción. Da igual. Tuviste una experiencia y esa experiencia te la dio el ciprés.

No quise darle más vueltas al asunto, habíamos llegado al punto en que debía separarme de Durs para seguir mi propio camino de regreso a casa. El sol de la tarde aún calentaba fuerte y me quedaban largos kilómetros por recorrer. Una vez separado de mi acompañante, ajusté los tirantes de mi mochila, me colgué a los audífonos que en su extremo ligaban a mi smartphone para perderme en una de mis playlist de Spotify.

¡Una experiencia! Pensaba, al mismo tiempo que caminaba con destino a casa. Sueño, realidad o ficción. Durs en algo tenía razón, efectivamente había sido una experiencia. Días más tarde, conversando con isleños me enteraría que efectivamente corría el rumor que aquel ciprés cuenta historias a quienes buscan sombra a sus pies, historias de antiguos caminantes.

EL CONTRATO

Encontré un contrato donde te comprometes a enseñarme el amor por los libros, donde debes presionar mi creatividad con ideas para cuentos e historias.

Un contrato donde me enseñarás de amistad, lealtad, tolerancia, amor, paciencia y valentía.

Donde me enseñarás a decir no o a negarme a ciertos eventos o hechos sin tener que sentirme culpable por ello.

Donde te comprometes a exponer mi lado más obscuro, ese repleto de miedos por enfrentarme al mundo con mis sueños.

La letra chica estipula que ni tú ni yo recordaremos este pacto. La gracia del juego consiste en descubrir y descubrirnos al ir pasando los años.

Hoy te reconozco, y comprendo que sos parte de mi alma ¿quién si no, podría preocuparse tanto a la hora de firmar un contrato? Sos la responsable de mi amor a los libros y escritos, sos quien sembró la semilla de mis sueños locos, sos la hermana amada que prometí entretener, cuidar y guiar con cuentos y palabrerías que nacieron en cada uno de esos perros que en la calle hablaron contigo. Sos mi inspiración. Y hoy te bendigo y os deseo lo mejor, que sintáis verdadero deseo por la Luz.

Que en el día de vuestro nuevo aniversario recibas amor del bueno, amor Eterno. Feliz cumpleaños pequeña mía.

¿QUIÉN SOY YO?

(Ki Tetsei)

¿Qué tan seguido te preguntas, quién soy yo? Detenernos a pensar en esto puede llevarnos al incomodo momento del «mmm», «eeh» sin encontrar una respuesta al instante y concreta. ¿En realidad sabes quién eres?

Recuerdas que al inicio de este blog te conté mi historia, aquella en el faro llamado Abracadabra. Dentro del faro me topé con muchas puertas, al cruzar por ellas me encontré con un libro, monstruos, sabios, hechiceros, hombres justos, mendigos, príncipes, reyes, reinas, doncellas, guerreros, entre otros seres y objetos.

Hoy te contaré la historia de un guerrero llamado Akeva, quien fue enviado a tomar posesión de un pueblo y como recompensa se le dio el derecho a escoger a la doncella que él quisiera. Salvo que existía una condición, la cual era dejar en cautiverio durante cuarenta días a la doncella y no sólo eso, tendría que estar a solas con ella en una choza, raparla, cortarle las uñas, quitarle el maquillaje, estaba prohibido asearla y como cierre de las anteriores cláusulas debía mantenerla atada de manos y pies con el fin que él estaría a cargo de alimentarla a diario y velar por su descanso.

Akeva escogió a Kiksuya, la más hermosa de las doncellas de aquel pueblo y cumplió a cabalidad con cada una de los términos exigidos. ¿Puedes imaginar la imagen de aquella doncella convertida ahora probablemente en un ser horrendo?

Algo no te he dicho acerca de todo aquello que descubres estando en Abracadabra, es que todo lo que ves y percibes está codificado y sólo cuando trabajas en ti mismo puedes acceder al significado de cada imagen y situación que vives y percibes dentro del faro.

Acomódate en tu asiento y presta atención a lo que os revelaré. Akeva, el guerrero, en realidad eres tú, lo queramos o no, estamos en una lucha diaria y de nosotros depende con que ánimo y determinación iremos a conquistar un pueblo nuevo o nación. Todos tenemos objetivos y metas que deseamos concretar, ¿por qué? porque hay una doncella de recompensa detrás de ese plan.

Pues, acomódate una vez más y espabílate que os daré una bofetada justo ahora…Kiksuya, la doncella, ERES TÚ ¡¿Cómo!? Sí, así como lo lees. Ahora te lo explico, sigue leyendo.

Akeva, eres tú a nivel físico, donde experimentas tus cinco sentidos, es quien percibe las luchas diarias ¿para qué? para obtener su recompensa en la personificación de una doncella llamada Kiksuya, que ya estarás deduciendo, supongo, que se trata realmente de tu alma. ¡B I N G O!

Ahora, nos queda comprender por qué carajos debemos dejarla en cautiverio. Es que en realidad, ¡la tenemos en cautiverio!, es por ello que si te preguntas ¿quién soy yo? la respuesta no fluye. El trabajo consiste en observar a la doncella marchita la cual representa realmente al guerrero sumergido en su fisicalidad, al guerrero falto de «luz». ¡Ey, eres tú quien está preso! La verdadera forma de conocer quién eres es averiguando qué desea tu alma y para hacerlo debes ir al cautiverio, entrar al desierto y descubrir la basura que hay en ti, ojo, no para juzgarte, al contrario, para perdonarte, para amarte, para remover ese lado oscuro en tu interior. Una vez que lo hagas, descubrirás que al cabo de cuarenta días (sentido figurado) al liberar a la doncella, esta florecerá perfecta, entonces sabrás quién eres realmente.

Creo que la próxima vez que te preguntes ¿quién soy yo? comienza observando la doncella en cautiverio para sacar la basura en tu interior y cuando estés limpio puedas revelar al mundo tu verdadero yo.

Nota al margen. Akeva y Kiksuya son nombres que cogí de un episodio de la serie de HBO «Westworld». En realidad Akeva es la mezcla de los nombres Akecheta y Maeve (el jefe de una tribu siux y su amada) la palabra Kiksuya es del idioma lakhota y significa Recordar. Me pareció perfecto para nombrar al alma del guerrero, mal que mal, en nuestra alma está la llave a cada uno de nuestros «recuerdos» de quienes somos. El capítulo de la serie es el octavo de la temporada dos, su nombre es Kiksuya, es una joya, os lo recomiendo aún si nunca has visto la serie.

LA POSTAL

Primera Parte

El king air recién arribado hace su ingreso despacio para estacionarse, al mismo tiempo que dejo mi asiento para poder observar mejor el exterior haciendo un paneo por sobre la pista, la plataforma y alrededores, entonces, algo llama mi atención. Es una pareja que están de pie, abrazados. Ella con su cabeza apoyada en el pecho de él mirando hacia el sur, seguro contemplando el islote Santa Clara. La imagen podría encerrarse dentro de un gran cuadro romántico. Toda una postal. Continuamente se abrazan y besan como si no existiera más nadie de este lado de la isla. Es obvio que uno de los dos está por subirse al avión lo cual provoca pasión casi desenfrenada entre ambos. Caricias van y vienen para terminar recreando la postal perfecta que coronará el atardecer más romántico que puedas imaginar.
Mi cerebro rápidamente dispara ideas y para evitar juzgar lo que reciben mis ojos retomo mi posición sobre la silla y cojo el anexo para solicitar la autorización de salida de la aeronave antes arribada. Terminando de colacionar la autorización con el control oceánico desde Santiago ,  inesperadamente mi soledad se interrumpe con la llegada de un visitante quien sin previas expresará rozando la ironía: «_Así es cuando el amor te atrapa_ 
En el entretanto regreso visualmente al punto donde vi antes a los enamorados, siguen ahí mirando hacia el sur entre besos y arrumacos. 


Más allá de saludar a mi visita y conversar lo necesario referente a nuestras funciones  omito opinión alguna. Sólo pienso, tal cual lo he venido haciendo hace bastante tiempo, «no tenemos idea de lo que es amor» Pero, lo hago interiormente, la opinión la reservo para mí y la mascullo unos segundos. Observo que los pasajeros caminan al avión y entre ellos la pareja, ahora entiendo que es ella quien viaja. Él, de la mano la acompaña hasta la puerta y después de besarla intensamente por última vez, se aleja fuera de la plataforma. Seguramente seguirá encimismado en los minutos previos que pasó enlazado a ella, envuelto en ese halo de nostalgia de quien sabe que se acerca el momento en que los recuerdos serán tu fiel consuelo. Mi cerebro nuevamente quiere disparar ideas y yo, no queriendo caer en juicios innecesarios retomo mi función. Darle instrucciones al piloto para su despegue.

INTIMIDADES

Hay intimidades que se cuentan…sí, hoy por ejemplo debía levantarme temprano, la idea como siempre era hacer mi cuarto, dejar ordenada la cocina, darle de comer a Teva e irme al trabajo. Por tiempo, sueño y mis «celestecosas forever» terminé con un dormitorio doblemente desordenado, una cocina medianamente limpia y un cachorro medianamente feliz, claro, comió pero se tuvo que quedar de «boss» y solo.

A medida que se acercaba la hora de regresar a casa debo confesar que ganas de llegar no tenía, debido al caos que se había instalado temprano en mi morada. 

Después de manejar pausado escuchando mi lista de «canciones que me gustan» de Spotify y mascullando ciertas ideas, dudas, actuares (de terceros y mías), llegué  a mi refugio a terminar con aquello que no había si quiera empezado durante la mañana. Mi costumbre siempre ha sido moverme en las sombras hasta entrar en mi cuarto o la cocina, el Creador me regaló un par de pulentos ojos que se adaptan muy bien en la oscuridad. Fue entonces que al ir acercándome a mi habitación, noté que algo andaba mal. O tal vez bien. (Todo esto fue rápido, en milésimas de segundos mientras caminaba a mi dormitorio) ¿Por qué digo bien? Porque el caos producto «celestecosas» matutino estaba ausente. Inmediatamente reparé que todo estaba en orden y no sólo eso. Sobre mi cama (minuciosamente hecha), observé uno, dos, tres, cuatro y cinco libros dispuestos de manera mágica. La saga completa de Canción de Hielo y Fuego. Gracias a HBO conocido como Juego de Tronos. En el transcurrir de los segundos pasé de la sorpresa, intriga, estupefacción, asombro, alegría (todo al mismo tiempo que brotaban incontrolables lágrimas con sabor a risas desde mis ojos).

Claro, para mí fue fácil saber quien era responsable de tan singular sorpresa porque cuando compartes lágrimas, sueños y risas con alguien, terminas conociendo detalles exquisitos de esa persona, como la forma en que pondrá la colcha sobre tu cama, el modo de doblar la ropa, el cuidado único con el cual acomodará tu mundo sin pasarlo a llevar. Mi mejor amiga, no podía ser otra persona. Por supuesto mi reacción inmediata fue llamarla…


…Hoy, Dios entró en mi casa, ordenó el caos que sin querer se presentó esta mañana y no sólo eso, me endulzó el día con un bello regalo…


Más minutos o menos, todo es relativo, la Luz siempre, siempre, siempre actúa del mismo modo con cada arribo de caos a nuestra vida, el Creador se manifiesta trayendo orden y bendición extra ¿El secreto? Suelta, no busques controlar el caos, no lo encasilles, sal de tu metro cuadrado a nivel conciencia, deja espacio para que la Luz HAGA Y SEA. Mientras antes cedas más pronto recibirás el regalo.


Dedicado a Verónica por su modo especial de sorprenderme cada agosto.

TRANSFORMAR

Días atrás me habló una persona que conocí hace poco y lo hizo para pedirme consejo respecto a una situación que está viviendo. Entonces pensé ¿quién soy yo para aconsejar? Luego recordé que cuando el Creador te hace crecer te bendice y a veces te da retos al mismo tiempo. Obvio, me sentí tremendamente halagada por esa confianza de parte de alguien que estoy recién conociendo, fue entonces que agradecí la oportunidad que se me daba, esa responsabilidad de poder aportar a alguien más.

El consejo solicitado iba por el camino de las relaciones. ¡Vaya! exclamó mi fuero interno. Yo, la experta en relaciones. El reto se volvía cada vez más interesante y lo ha sido, porque resultó ser que al pasar los días fui descubriendo que por muy distinta la historia que iba conociendo se parecía mucho a una de las mías, no sólo eso, se parecía mucho a la historia que transformó mi vida. Y aquí está el «haz de luz» que quiero compartir contigo. Transformar.

¿Por qué, cuándo y cómo transformo?
¿Por qué transformo? Es parte de nuestro destino, está en nuestro contrato de vida el evolucionar y cada paso que damos día a día nos lleva a esa evolución, una evolución que conlleva hacer una mejor versión de nosotros, así de simple.

¿Cuándo transformo? Cuando la crisis, el dolor, la incomodidad me alcanza, cuando lo dibujado en mi mente se extingue o cuando las expectativas desaparecen. En este punto lo quieras o no ya estás transformando. Ese minuto exacto donde se descarrila el tren, donde el buque deja de hacerle caso al timón y donde el avión cae en picada.

¿Cómo transformo? Cuando me enfrento a la crisis, ese momento en que la realidad te golpea y entiendes que algo se salió de lugar en esa línea que mantiene tu estabilidad, te haces consciente del dolor, la angustia y ansiedad. Entonces, decides actuar, buscas ayuda, consejo en otra persona o amigos, lees libros, mascullas aquello que vino a instalarse en tu interior, hay un deseo tal vez pequeño pero, germina finalmente una semilla de cambio en tu interior y lo maravilloso de esto es que aún si renuncias en tus ganas de cambiar, ya has ganado puntos para convertirte en alguien mejor que ayer. La diferencia está si quieres que eso se manifieste hoy o en unos años más cuando sigas viviendo momentos o circunstancias difíciles. El «secreto» está en desviar la atención de esa circunstancia y enfocarte en los demás, compartir y construir a tu alrededor. Alejarte de la crisis enfocándote en las carencias de los demás hará que el universo equilibre tu mundo y te entregue lo que es tuyo.

Regresando a la historia inicial no puedo asegurar que los consejos que di fueron puesto en practica y lo cierto es que eso es lo de menos, recuerda algo, el evolucionar depende exclusiva y únicamente de cada uno, que sigas o no un consejo no es tan valioso como el hecho que hagas caso a tu fuero interno cuando el caos aparece en tu vida porque finalmente el caos se hace presente con el fin de transformarte.